Muchas son las cosas que podemos heredar a nuestros hijos, tales como el mismo tipo de sangre, los gestos, el color de piel; así como las actitudes, valores, un comportamiento determinado, las virtudes, etc.
Haciendo caso omiso a todos estos factores solicitamos a nuestros hijos que luchen, que sean perseverantes, que alcancen éxitos profesionales y económicos y además participen como buenos ciudadanos para una mejor democracia;
Cómo se pretende que esto sea posible si los encargados de dar educación ni siquiera están educados, y todo esto depende de nosotros como padres, porque si bien nosotros somos los responsables de la mala educación que pueden tener en un inicio nuestros hijos, también es cierto que solamente nosotros como padres somos la solución al problema.
Ser una persona educada no quiere decir tener un determinado nivel académico, la educación la vamos adquiriendo con la cotidianidad de la vida, aquellas cosas que se prenden y sobre todo que quieren aprenderse.
Una persona que tiene un título universitario y golpea a su esposa, abusa de otros, discrimina, etc. ¿es una persona educada?
En muchas ocasiones existe resistencia a cambiar esta situación, ya que nos encontramos en una zona de confort en donde todo es conocido y sabemos cómo movernos, es por eso que cuesta tanto lograr una mejora en la calidad de vida. La calidad de vida es aquella actitud positiva que lleva al ser humano a comunicarse armoniosamente con los demás, que se sienten satisfechos consigo mismos, que se entregan a sus sueños y viven para alcanzarlos, permitiendo que las personas que se encuentran a su alrededor crezcan en sus capacidades y habilidades.
Debemos hacer a un lado el temor a lo desconocido y el buen manejo de emociones negativas para comenzar un proceso de cambio.